
Esos inolvidables recuerdos del increíble y catatónico 12-1 a Malta, de la Eurocopa del 84, de aquella madrugada de Querétaro en el 86, o de los “90 minutti en el Bernabeu son molto longo”. Los días de las arrancadas geniales de


Las victorias de los españoles llegaban casi por remota casualidad, por una especie de conjunción de astros afortunada. Eran los años en que todo el país se paralizaba para ayudar a una niña, de nombre Arancha, a noquear inesperadamente a la invencible Steffi Graf. Aquellas temporadas en las que ganar la Copa de Europa de fútbol era un imposible año tras año, triunfar en pista rápida en tenis estaba aún muy lejos, ganar un Tour era una heroicidad titánica, tener un piloto de Fórmula 1 era un chiste malo (y

Pese a lo que pudiera parecer, aquello tenía mucho encanto. Todo nos parecía más auténtico, quizá porque nuestra óptica era mucho más ingenua, más limpia. Disfrutábamos con mucha más intensidad de cada victoria de uno de los nuestros por el mundo, porque quién sabe cuándo llegaría la siguiente. Esos años en que los triunfos de los españoles eran tan esporádicos alimentaron nuestra inquebrantable afición al deporte, que ya nunca abandonaremos. Han pasado más de 20 años de todo lo que os contamos y todo ha cambiado mucho. El mítico y genial Indurain cambió el panorama y la mentalidad por completo, Barcelona 92 nos afianzó aún más, y poco después fuimos testigos del dominio español en el siglo XXI, personificado en los Alonso, Nadal, Gasol,


No entendéis que si están televisando un mundial femenino de balonmano, un cross internacional o un europeo de esgrima, aún nos pongamos clandestinamente frente al televisor sin que nadie se entere para ver si los nuestros son capaces de ganar, porque crecimos en un tiempo en el que ver ganar a un español era la HOS...
¿QUÉ RECUERDAS DE AQUELLOS AÑOS? CUÉNTANOSLO