30 mayo 2016

Yo estuve en Milán

El espectáculo previo al espectáculo
Buenos días tertvlianos,
No pudo ser o, mejor dicho, no fue capaz. El Atlético de Madrid no supo ganar a un Real Madrid que llegó a la prórroga con varios de sus jugadores acalambrados y con los cambios agotados, de manera que sólo queda dar la enhorabuena al Real Madrid por su undécima Copa de Europa, otra vez en año par, y aprender.

El Atlético de Madrid llegaba a una final europea por cuarta vez en siete años (dos EL y dos UCL), saludos a Gregorio Manzano "el Triste", tras haber superado por el camino a seis campeones de Liga de su país, cuatro de ellos campeones de Europa (Benfica, PSV Eindhoven, Barcelona y Bayern de Múnich) para ahora enfrentarse en la final a uno de los creadores del campeonato. El Atlético de Madrid llegaba reforzado a la final después de una primera parte de la temporada jugando al patata a patata y con la plantilla prácticamente al completo, una plantilla algo más larga que en años anteriores, pero mucho más joven.

Los Sres. Martín
El día de la final comenzó a las 4 de la mañana. A las 4 y media estaba recogiendo en Cuatro Caminos a Paco y a los señores Martín que con 12 minutos de adelanto sobre el horario previsto se encontraban en el aeropuerto de Barajas para hacer el check in en el Jumbo fletado por la agencia Viajes Esgar, la de la Agrupación de Peñas.

Dejé el coche en el parking de la T1 que según nos comentaron se llenó a las pocas horas, circunstancia que, junto al control que la Guardia Civil puso en la A2 a la altura de la calle Alcalá, propició el caos para llegar a la terminal de salidas del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid-Barajas mientras los agentes de movilidad se hinchaban a poner multas. Cuando llegué a los mostradores

Piso de abajo del Jumbo
Paco y los señores Martín ya estaban facturando junto a Jacob y David, el cual nos aseguró un asiento en la piso de arriba del Jumbo. Mi hermano y su hijo, que también iban al partido, aprovecharon para hacer cola en el vuelo siguiente fletado por la agencia para facturar a un amigo que se encontraba en el atasco de las inmediaciones del aeropuerto.

Tras tomar un café y varios cigarrillos pasamos el control de seguridad de la zona A del aeropuerto y esperamos a ser llamados. Allí Álvaro, el hermano de Sergio, nos enseñó la camiseta que llevaba. Era la camiseta de la temporada de Vieri, la 97-98, que él llevó el día del Albacete. Embarcamos y nos sentamos en la parte delantera del avión, que no es lo mismo que en la parte de arriba del avión. Cerca de nosotros se sentaban dos de los encargados de Viajes Esgar y le pregunté a uno de ellos por Raúl "streaming", me contestó con un lacónico "no viene". Despegamos a las ocho y media y antes de las diez y media ya estábamos aterrizando en Malpensa, todo iba en hora. Las jardineras nos recogieron en la pista y nos llevaron directamente al parking de autobuses del Atleti, había decenas de autobuses. Los ya citados encargados de la agencia nos dijeron que nos fuéramos montando en los autobuses, en cualquiera que pusiera Viajes Esgar. Nos subimos en un autobús de dos pisos y ya nos hicimos nuestro planning del día, iba todo genial. Mi hermano y su hijo se habían montado en otro autobús que salió enseguida. Nosotros seguíamos esperando. No sabíamos lo que pasaba porque no llegaban más jardineras. Pasados unos minutos bajamos a preguntar qué pasaba y nos decían que faltaba gente por llegar que se había quedado cortada en la pista. Los tres o cuatro de la agencia seguían esperando. Hasta pasados unos minutos los encargados no fueron capaces de reagrupar a la gente en los buses para que fueran saliendo. Al final salimos casi a las doce de allí para aparcar el bus a las doce y media pasadas en parking A5 de San Siro, un simple carril bus a 20 minutos andando del aeropuerto. Antes pasamos por los parking A6, A7, A8 y A9 que bien podrían estar a 45 minutos andando del estadio.

Bufandas
Salimos del bus y bajo un sol de justicia y con un calor de bochorno húmedo nos dirigimos hacia el estadio donde cogeríamos el tranvía que Jacob había visto que nos llevaría directamente al centro. Durante el camino intentamos encontrar algún refrigerio en forma de birra pero, según Jacob, la prefectura había prohibido su venta el día del partido en las inmediaciones del estadio. Empezamos a llegar a la civilización y allí nos recibían los pakis vendiendo bufandas de la final, bastante feas, por cierto. Cruzamos alguna trattoria que otra con gente saliendo de ella con la Becks en la mano, pero estaban petadas.

Jesús Álvarez
San Siro / Giuseppe Meazza
Al llegar al estadio vimos la feria montada por la UEFA y sus patrocinadores. También vimos el set de TVE donde Jesús Álvarez estaba preparando su entrada en el TD1 junto a Julián Reyes, el del Himno de la Copa del Rey, que por lo que se ve le han rescatado con director de deportes de los Servicios Informativos. Finalmente llegamos al tranvía, pero allí en la parada sólo había una señor italiana mayor que nos dijo que lo acababan de inaugurar hoy. No parecía que hubiera mucho movimiento así que decidimos coger el metro en el hipódromo. El metro se iba llenando de aficionados atléticos, alguno ya embriagado, y en el cambio en la estación de Lotto se incorporaban madridistas que iban hacia su fanzone.

Duomo
Infierno
Arribamos a la plaza del Duomo y nada más salir nos aprovisionamos de unas calientes birras.

Llegamos al infierno. La plaza estaba petada de gente.
Había hasta alguno aficionado del Bayern que parece que se adelantó a los acontecimientos. Al fondo de la plaza se veía un escenario y en medio la Copa de Europa con una cola tremenda para hacerse una foto, o un selfie, con ella. El sol caía a plomo.
Selfie rojiblanco

Decidimos meternos en la galleria Vittorio Emmanuel. A la entrada se encontraba apostada la peña del 17 de mayo y al fondo se oía a aficionados atléticos.


Turcos madridistas
Selfie hinchable



Cruzamos la galería cruzándonos con gente vario pinta, españoles y no españoles. Alcanzamos la plaza de la Scala donde el agobio era menor. Era la una y media y había que decidir qué hacer porque las cocinas en Italia y en casi toda Europa cerraban a las tres y había que comer algo.


Peña del 17 de mayo
Así que finalmente decidimos subir hacia la fanzone y para antes a comer. De camino paramos a comprar otros refrigerios de birra que tampoco estaban fredos. Cruzamos unos barrios bastante chic y llegamos al The Friends, un estilo de pub irlandés regentado por un italiano que se vende como sportsbar.

En el The Friends
El local estaba vacío y con la música dance-house atronando. El regente nos sirvió unas birras fredas y puso la etapa del Giro en la tele. Después vino Nicole a tomar nota y le pedimos que pusiera el aire acondicionado y que bajara la música. Nos trajo la comanda y todo estaba en orden.


Pantallita

Degustamos unas hamburguesas y otra ronda de birras mientras en la etapa del Giro las figuras del pelotón se movían poco.


El Ministerio del Tiempo
Finalizada la comida pedimos los cafés y un gin tonic G-vine, muy rica, tan rica que Álvaro se pidió otra mientras nos contaba ese partido del Albacete en el que se puso la camiseta de Juninho que llevaba puesta. Nicole iba y venía con las cervezas y los gin tonics y Nibali decidió atacar en los últimos kilómetros de la Lombarda, era su última oportunidad. Chavez, Valverde y el holandés intentaban seguirle, pero acabaron cediendo. Al comienzo del descenso Nibali se acercaba a la maglia rosa y Valverde al pódium.

Con Nicole y el taxista
Mientras Paco en unas de su salidas a fumar se encontró con un taxista de Madrid que había venido con su taxi de empalmada después de ofrecer sus servicios en la capital. Nibali llegaba a los pies de Sant'Anna di Vinadio como maglia rosa virtual y pedimos otra ronda. Al fondo en la barra veíamos que había llegado una amiga de Nicole. Finalmente Nibali ganó la etapa y se vistió de rosa para ganar su 2º Giro de Italia y Valverde arrebató el tercer puesto en el pódium al holandés convirtiéndose en el 16º ciclistas en lograr pódium en las tres grandes vueltas, lástima de carrera mal enfocada cuando podría haber ganado muchas otras pruebas.


Bajando al metro
José Tomás
Finalizada la etapa del Giro decidimos emprender la marcha hacia el estadio. Nos despedimos de Nicole y su amiga y del taxista. El regente italiano invitó a unos chupitos a los señores Martín.

De camino al metro paramos en el supermercado a avituallarnos de refrigerios de cerveza para el camino en el que los italianos nos mostraban su apoyo.


Entrando en el metro la afición atlética cantaba el himno. Los vagones iban bastante llenos y algunos iban bastante puestos y no de refrigerios de birra, precisamente. Se montó una buena con unos energúmenos.

Los Sres. Martín


Me acerqué a tranquilizar a un chico con el que se metieron los energúmenos y apareció Petón que apostaba por la victoria como en aquella final de Copa de 2013.


Petón
Mientras los energúmenos la seguían montando los demás aficionados cantaban en el metro: Atleti yo te quiero, Cholo, Muchacho,...  



Decidimos bajarnos en la parada del hipódromo para quitárnoslos de en medio cuanto antes. Eran las seis pasadas de la tarde, el calor húmedo apretaba y no corría nada de aire. Nos refugiamos en un parque que había cerca del estadio y del chino donde la tertvlia comió en el VAD de 2009.

Bufanda fea




Reventa
Los vendedores ambulantes seguían vendiendo bufandas de la final, muy feas, y otros revendían entradas. En el mismo parque encontré a Cecilio Alonso, me acerqué a saludarle y darle recuerdos de otro atlético y, al igual que en Lisboa, me hice una foto con él.

También pasó por ahí Roberto Solozábal, el canterano atlético, central del equipo del doblete que se le veía muy fino y que ahora alejado del mundo del fútbol, se dedica al triatlón y a negocios inmobiliarios y también de compraventa de joyería y relojería.
Quedaban menos de dos hora para el comienzo del partido y decidimos entrar en el estadio cuando de repente pasó el autobús de los jugadores. Pasamos el primer cordón de seguridad que consistía en pintarte una pequeña rayita en el reverso de la entrada. En el segundo cordón de seguridad te cacheaban, no tan exhaustivamente con el Eindhoven y finalmente llegamos al torno donde el código de barras fue leído, mientras el DNI seguía en la cartera. Subimos al sector 205 en el anillo azul.

Alcalá con su amigo
Ya había bastante gente dentro del estadio. En los asientos habían dejado unas banderitas para hacer el tifo de tal manera que al pasar se caían todas. Empezamos a ver bastantes camisetas del Madrid en los sectores que se correspondían a entradas atléticas por lo que o bien se las había cedido un amigo rojiblanco o bien las habían comprado a los reventa que se nutren de aficionados sin escrúpulos ni pudor. Muchos de ellos eran extranjeros (chinos, indios, british... y el amigo de Alcalá), los aficionados atléticos tienen amigos por todo el mundo. Los aficionados atléticos echaban espuma por la boca cuando los veían, algo normal con la cultura del fútbol que fomentan los medios de comunicación deportivos de hoy en día.



Compis de cole
El calor húmedo era asfixiante dentro del estadio, no corría pizca de aire. Me bajé al baño y de paso bebí algo de agua. Me crucé Joaquín, un amigo de mi hermano que después me acerqué a verle, se sentaba con su hijo en otro sector.


De Dj a Dj
Tuvieron la gran suerte de coincidir con un compañero del colegio. Había muchas caras conocidas del Calderón, Fernando, los que sientan delante y DJ Rojiblanco con el que mantuve una conversación de DJ a DJ.


Radicales
Se acercaba la hora del inicio del partido y Paco salió a tomar algo el aire. En los sectores de arriba veíamos tras la mampara a los señores Martín, era la grada de animación que en realidad eran los sectores donde se ubicaba el Frente Atlético, donde según comentan, se encontraban algunos de los componentes que se supone que han expulsado del club, un saludo a los delincuentes Caracorner y Cerezo.


El Delincuente
Salieron los jugadores del Madrid a calentar y se llevaron una pitada de una cuarta parte del estadio. Después salieron los jugadores del Atleti y se llevaron una pitada de las otras tres cuartas partes del estadio, además de los ánimos de la otra cuarta parte del estadio. Dieron la alineaciones por los marcadores del estadio y empezaron a montar el espectáculo previo al partido.


Alicia Keys
La UEFA fichó para el espectáculo a Alicia Keys, cantante de R&B, funky del que le gusta a Paco. Como era de esperar, se llevó una gran pitada a su salida. Dudo que la mitad del estadio supiera de quien se trataba. Me acordé de los que se quedaron en Madrid y Las Palmas. Y ahí estaba Alicia Keys cantando un megamix de sus temas con un sonido que dejaba bastante que desear mientras los jugadores salían al terreno de juego. Fue entonces cuando tomó el micro Andrea Bocelli  para cantar el himno de la Champions, esto ya pega algo más.


Se han pasado con el césped
Sonó el pitido inicial. El Atleti presionaba tímidamente, parece que el plan que tenía Simeone podría haber sufrido algún trastoque por el calor húmedo reinante. El Madrid se acercaba a la portería de Oblak a balón parado, hasta que en el minuto 15, el de Ramos, que metió un gol a la salida de una falta botada a la derecha de Oblak que ya había sacado otra antes en la línea de gol. Se llevaban todos los balones por alto, un saludo a Miranda. Vaya jarrón de agua fría, como diría Carlos Sastre, pero de los que refrescan poco. Fue entonces cuando Gabi se echó el equipo a las espaldas a la espera de que la titular del juzgado de Instrucción número 8 de Valencia dicte sentencia. Fue el mejor jugador del partido, pero los MVP nunca se da a los perdedores, porque esto es un espectáculo y no un deporte.
Balón de la Champions
Llegó el descanso con el mismo marcador sin que el Atlético diera sensación de reacción. Durante el descanso pusieron en el círculo central la lona del balón de la Champions y pusieron el himno otra vez. Se llevó una pitada monumental.
En la segunda parte el Cholo metió a Carrasco por Augusto, como en Múnich. El Atleti estaba por debajo del marcador y Simeone tenía que dejar de lado su perfil amarrategui si quería conseguir algo, por que el 1-0 no le servía de algo. La salida del belga dio otro aire al Atleti que en 10 minutos ya dispuso de un penalti que fue estrellado en el larguero por Griezmann, el enésimo penalti fallado en la era Simeone, algo raro cuando hablamos de unos de los entrenadores que más trabaja la plantilla. El Atleti siguió atacando mientras el señor de atrás decía que seguro que marcábamos, y estaba en lo cierto. Carrasco y Filipe hacían mucho daño por su banda. Cristiano, que estaba medio lesionado, se había cambiado de banda con Bale y daba un respiro al brasileño. Pero el gol llegó por la banda tras un pase magistral de Gabi por encima de la defensa madridista que llegó a Juanfran que dejó el balón a Carrasco para empujarlo a la portería.

Equipo
Quedaban 10 minutos y parecía que el Atleti podía remontar, pero el Cholo volvió a su perfil amarrategui y el equipo se volvió a meter atrás. Zidane ya había agotado los cambios, los cambios que se deben hacer, el obligado de Carvajal, Isco por Kross para refrescar el medio del campo y Lucas Vazquez por Benzema para reforzar el medio del campo. En los últimos minutos rondó más el gol del Madrid que el del Atleti. Así se llegó a la prórroga con el Atleti aún con dos cambios por hacer que finalmente tuvo que hacer por las lesiones de Filipe y Koke. Salieron dos sub-21, el ghanés Thomas y el francés Lucas. Según Paco, que nunca dejó de creer durante toda la temporada, en ese momento habría salido Siqueira... Pero en el otro lado los tirones se encadenaban, CR7, Modric, Bale.... el Madrid estaba roto y es aquí donde la afición atlética le achaca la derrota al Cholo, debió sacar a Correa que habría roto la defensa madridista que ya contaba con varias tarjetas amarillas. Es fácil hablar a toro pasado. Correa aún no es lo determinante que llegará a ser, si va por el buen camino, pero el perfil amarrategui del Cholo lo puede todo y el único cambio que se atrevería a hacer y que estuvo a punto de hacer era el de Thomas por Saúl. Los demás jugadores eran intocables para él y más para los penalties, unos penalties a los que apostó el Cholo pero teniendo malas cartas, a Oblak que en las cuatro tandas de penalti que le he visto creo que solo ha parado un penalti, la del Benfica y las tres con el Atleti, y a 3 jugadores sub-21 (Saúl, Thomas y Lucas). Por otro lado, queda ver si el perfil amarrategui del Cholo se mantendría con una plantilla superior.
Rotos
El destino quiso que un jugador canterano madridista que dijo en Lisboa que el Atleti volvería a la final y que dio el pase a cuartos de final en la tanda de penalties frente al PSV, fallara su penalti frente a un Keylor, que sorprendentemente no paro ningún penalti, dando la oportunidad a CR7 para ser el jugador decisivo de la final porque CR7 siempre aparece en los partidos importantes.
El panorama de una cuarta parte del estadio era desolador, huelga decir la cantidad de aficionados que rompían a llorar tras una inicio de temporada que poco invitaba a llegar a donde se ha llegado.
Salimos del estadio y nos dirigimos al parking A5. Tras media hora de paseo, viendo a algún aficionado atlético encarándose con chicos que llevaban la camiseta del Madrid, llegamos al bus. Y tras una hora de espera en el autobús a que llegara toda la gente y que los nefastos encargados de la agencia intentaran localizar el autobús a unos chicos que vinieron desde Madrid en bus, llegamos a la antigua terminal de Malpensa para coger el Jumbo de vuelta y aterrizar en Barajas un hora antes de que llegará la expedición del Real Madrid con el título de la competición.

COMENTARIOS TERTVLIANOS
Jota comenta: "Gracias Nacho, muy chulo. 
Si hubiese ganado el atleti nadie habría discutido q seríais un justo y merecido campeón. Q pena, otra vez será. 
En cuanto a lo q cuentas del cholo, no se, es muy difícil saberlo. "

05 mayo 2016

Yo estuve en el Allianz

Se repite la final de hace dos años. El derby de la capital de España se vuelve a repetir como el ajo, como pasó hace un lustro con el clásico. Para llegar a Milán ambos equipos madrileños han tenido que superar varias eliminatorias. El Atlético de Madrid pasó como primero la fase de grupos dejando en la cuneta a los campeones de las Ligas kazaja, el Astana, y turca, el Galatasaray, y como segundo al campeón de la Liga portuguesa, el Benfica. Ya en las eliminatorias puras se enfrentó en octavos de final al campeón de la Eredivise, el PSV Eindhoven, y en el Philips Stadion estuvimos animándole. En cuartos de final tuvo que enfrentarse al Campeón de la Liga española, el FC Barcelona, y al Nou Camp fueron en autobús Sergio y Paco a animarles. Y ahora en semifinales tuvo que enfrentarse al campeón de la Bundesliga, el Bayern de Munich, y fuimos al Allianz a animar al equipo, donde la tertvlia tenía una asignatura pendiente.

Quedamos a las 05:40h en Cuatro Caminos para dirigirnos a la T2 del aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas. A las 05:54h ya estábamos en la cola para adquirir las tarjetas de embarque, la de ida y la de vuelta y la de otro tío. Mientras en los mostradores del viaje de Halcón Viajes apenas había gente, en los del viaje de la Agrupación de Peñas, la cola se eternizaba; eran el sistema informático, al parecer. Embarcamos a través de las jardineras, como suele ser costumbre con los vuelos charter y tras 2 horas y cuarto de vuelo estábamos aterrizando en el aeropuerto de la capital bávara. La temperatura era agradable. Montamos en los autobuses de dos pisos que nos llevaron al centro de Munich para pasar las horas hasta que el partido diera comienzo.

En la Marienplatz ya se veían y oían muchos rojiblancos. Los de la peña del 17 de mayo ya habían llegado y habían desplegado sus pancartas en medio de la plaza (iban en el vuelo de Halcón Viajes). Nos encaminamos a la cervecería HB, afamada por los discursos que allí pronunciaba Adolf Hitler y también por la hospitalidad de los camareros y clientes bávaros. Nos costó encontrar un sitio, pero al final nos sentamos y pedimos dos lagerbier y una weissbier y una salchicha bávara. Los aficionados rojiblancos comenzaban a llenar el local y los cánticos cada vez se oían más. 
Estábamos tan a gusto que nos cambiamos de local para comer y cruzamos la calle al Agustiner donde, esta vez sí, nos atendió una amable camarera que nos sirvió unos codillos acompañados de dos lagerbier y una weissbier. El ambiente era más relajado en esta cervecería. En la mesa del fondo unos aficionados rojiblancos con los que ya coincidimos en Eindhoven compartían mesa con unos aficionados del Bayern departiendo sobre Pep y su juego. Una vez dado cuenta el apfelstrudel salimos a la calle a disfrutar del ambiente.

En el camino al Viktualienmarket nos cruzamos con un vástago tertvliano, un buen converso. Iba acompañado de su madre y de su abuelo con el que disertamos acerca de la eliminatoria. Las sensaciones eran diferentes a las de hace dos años en Stamford Bridge. En esa ocasión el Atlético de Madrid no iba con la ventaja que ahora tenía. Tras hacerme una foto con el vástago tertvliano que pasará a engrosar su basta colección giramos hacia la catedral de Munich, la que tiene una torre más alta que otra por un centímetro. Entramos a ver nada, es lo que tienen las iglesias protestantes. A la vuelta de la catedral se encontraba en obras el pub irlandés en el que Viaje Anual Deportivo hizo parada allá por 2010, pero al lado se encontraba otro Agustiner donde pedimos dos lagerbier y una weissbier a la espera de que Santi, que venía de Gran Canaria, vía Fuerteventura, diera señales de vida. 

Empezaba a chispear. Los atléticos de la mesa de al lado coreaban todo el repertorio del Frente Atlético. Empezaba a diluviar. Santi ya había aterrizado y se encontraba en el metro. Los nervios comenzaban a aflorar. Otra ronda. El Bayern de Munich tiene mucha tradición en la Copa de Europa y empezamos a recordar algunos de sus partidos y de sus jugadores como Elber, Effenberg, Mehmet Scholl, Salihamidzic y ese jugador rubio que salía en las segundas partes y siempre metía gol... no nos salía, así que me acerqué a un seguidor del equipo muniqués a preguntarle. Era Zickler. Aproveché a preguntarle por Goetze, me decía que era un estilo Podolski, que funciona en la selección pero no en el club. También me comentó que los aficionados no estaban contentos con que Müller, el Raúl alemán, no jugara de inicio en el partido de ida. Después de desearle suerte volví a la mesa donde los nervios se podían palpar. Santi por fin aparece con su mochila, se quedará a dormir para al día siguiente ir a Stuttgart donde cogerá un vuelo directo a Las Palmas. Decidimos ir a la Marienplatz, pero diluviaba y allí poca gente quedaba. Nos metimos en una cervecería aledaña con otros amabilisimos camareros que nos sirvieron tres mierdas de lagerbier y una mieda de weissbier, seamos sinceros. Al menos el ambiente animaba, los aficionados rojiblancos cantaban picados con los aficionados bávaros que tenían tres canciones y poco más. No estuvimos mucho porque ya eran las seis pasadas y había que ir hacia el estadio. 

En el metro Paco y yo sacamos el billete y bajamos al andén que ya estaba lleno de aficionados, sobre todo rojiblancos, cantando y el convoy llegaba. El vagón estaba hasta los topes y los aficionados también que iban desgranando el repertorio rojiblanco: himno, te quiero atleti, contigo a la final, Fernando Torres y más y más... 

Por fin llegamos a la Fröttmaning. Al fondo ya se veía el Allianz, todo blanco, porque aún no estaba el Bayern dentro. Paramos a avituallarnos pues se presumía una noche larga, además de que comprar comida en el estadio era una movida. Degustamos dos roter bobby y dos weisser bobby regadas por dos alcoholfrei bier.


Nos íbamos acercando al estadio pero había pocas señales. Los que nos encontramos fue una valla y tres puertas de acceso que nos separaban del estadio. Accedimos junto a los aficionados del Bayern por una de ellas donde nos hicieron un cacheo sui generis y no nos pidieron ni ningún tipo de identificación, igualito que en Eindhoven. A medida que nos acercábamos al estadio se apreciaba más su magnificiencia, pero que no dejaba entrever lo que nos encontraríamos dentro: el estadio más bonito que hemos visitado hasta la fecha. 

El ambiente ya estaba y nos acomodamos en nuestros sitios,  pero había que rescatar a Santi que tenía la entrada en otro bloque. Afortunadamente uno de los asientos al lado nuestro estaba vacío con lo que no hubo problema. Había aficionados pertrechados para no perder detalle del partido.

Entramos con tiempo así que vimos cómo el equipo salía a calentar mientras la afición rompía a animar. Los jugadores se volvieron a sus vestuarios y los aspersores empezaron a funcionar. El mosaico empezaba a adivinarse cuando los jugadores saltaron al campo acompañados de los niños que siempre les acompañan. Empezó a sonar el himno de la Champions y el Allianz vibraba.

El partido dio comienzo con un dominio apabullante del Bayern. Cada vez que el Atleti robaba el balón le duraba poco o muy poco, los centrales y Augusto soltaban patadas a seguir, Gabi intentaba salir combinando pero sin éxito. Iba a ser difícil aguantar ese asedio. Al final el gol llegó a través de un desvió de Giménez, que pudo sufrir falta previa, al lanzamiento de una falta tirada por el tolosarra defraudador, Xabi Alonso. 


Mal panorama, marcaron muy pronto y el equipo no salía de su campo, y para colmo, Giménez, que últimamente está muy nervioso, cometía un claro penalty sobre Javi Martínez a la salida de un corner. El Bayern iba a dar la vuelta a la eliminatoria, pero Müller falló el penalty o, mejor dicho, Oblak lo paró. Esto dio aire a los rojiblancos y lo mejor que pudo pasar es que llegara el descanso. Había que dar un golpe de efecto y este fue Carrasco que salió por Augusto y que dio más oxígeno al centro del campo. 

El Bayern seguía asediando pero el Atleti ya salía mejor al contraataque hasta que en uno Koke vio a Griezmann que dejó la pelota a Torres para que éste le dejara solo delante de Neuer. La cabalgada del francés se hizo eterna, pero sabíamos que marcaría, no suele fallar en el mano a mano. El deseado gol llegó. Celebramos el gol quitándonos los nervios de encima, abrazos y abrazos. Pero estos nervios iban a volver porque Oblak se quedó a media salida de un pase de Ribery de manera que el polaco Lewandoswki fusiló a placer. Volvía la mínima diferencia, un gol nos dejaba fuera, pero el Atleti conseguía salir algo más que en la primera parte y en una de esas Torres dribló a varios defensores cayendo dentro del área. Penalty. 

Lo tiraba Torres porque Griezmann ya no estaba en el campo. Paco se daba la vuelta, no quería verlo, pero no debería fallar porque nunca ha fallado en los momentos importantes, pero lo tiró tan rápido y sin pensar que fue calcado al de Müller, lo falló o, bien, lo paró Neuer. Quedaban aún 10 minutos de sufrimiento, pero Oblak estaba ahí parando todo lo que le llegaba. La tablilla marca 5 minutos de descuento, miraba a mi derecha y veía a Santi con la mirada fija hacia el suelo. Thomas la pierde... ¡Final! Explosión de júbilo. Costó. Lo celebramos, los jugadores también. La tercera final de Copa de Europa. El Allianz se fue vaciando mientras la afición rojiblanca cantaba y festejaba y salieron a saludar los jugadores con el Cholo Simeone.

Salimos del estadio para coger el bus que nos llevaría al aeropuerto y al fondo aún se oían los cánticos de los que quedaban dentro del estadio. Hacía un frío considerable que afortunadamente no sufrimos dentro del campo gracias a la estructura cerrada del mismo. Subiendo al autobús el chófer aprovechó a hacer su agosto vendiendo agua y cervezas. A las doce de la noche estábamos en el aeropuerto y las tres de la noche tomamos tierra en Madrid, la capital fútbol europeo, la capital con más finales de Copa de Europa y en Milán podrá convertirse en la segunda capital europea con dos campeones de Europa. El 28 de mayo la solución en San Siro o, para el Cholo, Giuseppe Meazza.