11 noviembre 2010

Ángeles Caídos III: La Banda de la Covatilla

Nuestro colaborador habitual, Manuel, miembro de nuestro blog amigo, Club Armadillos, vuelve con la tercera entrega de los Angeles Caídos. Ahora que se habla mucho del clembuterol y el solomillo de Irún, rescata de la memoria otros ciclistas que por diversos motivos subieron igual de rápido que bajaron

LA BANDA DE LA COVATILLA


El ciclismo ha tenido a lo largo de su historia a auténticos sex simbols como Freddy Maertens, Gianni Bugno o Mario Cipollini…pero no nos engañemos. Lo más habitual es que la figura del ciclista profesional se aproxime más a la de un subsahariano famélico que a la de un top model. Sin llegar a casos extremos como el de Mickael Rasmussen, el “moreno obrero” es toda una institución en el pelotón internacional…pero poco después del año 2000, un grupo de ciclistas españoles decidió que había que mandar dicha imagen a hacer puñetas. Ellos se creían guapos, eran famosos, les gustaba la playa, la tumbona y la farra nocturna…ellos eran La Banda de la Covatilla.

Miguel Ángel Martín Perdiguero, Aitor González, Sántos González y Rubén Lobato eran cuatro amigos que saltaron a la fama por su actuación en la Vuelta a España 2002 en la etapa que acababa en la estación de esquí salmantina de La Covatilla.


Pongámonos en situación. Para luchar contra el favorito nº1, Roberto Heras, el Kelme de Vicente Belda había elegido como líder “por decreto” a un tímido albaceteño con cara de niño (Óscar Sevilla, no Andrés Iniesta) básicamente porque el mejor corredor del equipo, Aitor González, acababa contrato y no tenía intención alguna de renovar. Aitor González había hecho un Giro de Italia espectacular. Había ganado dos etapas y sólo un pajarón en la épica etapa del Passo Coe lo había alejado del podium. En España aquel disputado Giro se emitió por Localia, es decir, que lo vimos cuatro frikis…con lo que a la prensa generalista y a Belda no les costó trabajo vender al sobrevalorado Sevilla con el líder más sólido, y a Aitor González como una peligrosa incógnita, un malvado compañero que no respetaba los galones del equipo. El caso es que en la etapa del Angliru, Aitor no anduvo con coñas, fue valiente y atacó desde las primeras rampas, dejando clavado a Sevilla para mayor cabreo de Belda.

La última etapa de montaña llegaba a La Covatilla, y como Aitor se veía en un equipo que corría en su contra, recurrió a sus amigos “Perdi”, Lobato y Santos González, a sueldo del Domina Vacance, para que le echasen una mano de forma descarada. Aitor le ganó la Vuelta a Heras, Beloki dejó a Sevilla fuera del podium en la crono final, y la Banda de la Covatilla celebró la victoria como propia.

A partir de ahí los integrantes de la Banda dieron la nota a más no poder. Sus farras nocturnas, sus participaciones resacosas en criteriums, su foto desnudos en Interviu con algunos amigos (Valverde y Sevilla incluidos), su look maqueado-hortera con gafas de sol de diseño y las uñas pintadas de negro, o su escasa afición al trabajo duro los hizo más famosos que sus éxitos deportivos. Aitor consiguió un contrato millonario en Fassa Bortolo, donde recibió el sobrenombre de “El Mexicano”. Su director deportivo declaró que el vasco afincado en Alicante se pasaba más tiempo tumbado a la bartola durmiendo la siesta que entrenando. Dados a la buena vida, su ocaso no tardó en llegar. El más talentoso, Aitor, aún conseguiría victorias parciales de relumbrón en Giro, Tour y Vuelta a Suiza, antes de ser sancionado por dopaje, al igual que Rubén Lobato. Santos González también dio positivo pero no fue sancionado. El líder espiritual, Perdi, se retiró al no tener ofertas pero anunció que se iba “por la persecución que sufrían los ciclistas”, en alusión a los casos de sus amigos del alma.

En sus vidas más allá del deporte profesional, como se pueda imaginar el lector, en mayor o menor medida han seguido en el candelero…

Aitor dejó la bici y cambió totalmente de vida. Se metió en negocios nocturnos en la costa levantina, y acabó detenido por propinar una paliza junto a dos sicarios a los empleados de una inmobiliaria que según él le debían dinero. A continuación fue detenido mientras conducía borracho y bajo los efectos de la cocaína. Sigue siendo un habitual de la noche en Elche.

Santos González y Miguel Ángel Martín Perdiguero encararon su vida pública hacia la política. El primero trabaja como responsable de Deportes en el Puerto de Alicante, mientras que el segundo es concejal del PP en San Sebastián de los Reyes y ha participado en el reality show “Supervivientes”, donde por lo que se ve se ha hecho amigo de la mutación de cloaca televisiva Rafa Mora, al que ha “unido a la banda”. Aquí ambos comparten foto con Rubén Lobato y De la Puebla en su ambiente natural…con una copa en la mano, camisa dos tallas más pequeña y pose de ser el terror de las nenas.


Se puede decir que este grupo de amigos son una panda de horteras, chulos, arrogantes, vagos, fiesteros, hipócritas…pero no nos engañemos, son auténticos. Les gustaba el rol de “malos de la película” y en sus declaraciones siempre han defendido su amistad y lo que hicieron en aquella Vuelta. En los tiempos que vivimos de sumisión al sistema, de oda a lo políticamente correcto, de bochornosos espectáculos como el protagonizado en el Tour pasado por “Botellones” Schleck y “Solomillos” Contador…recordar a la Banda de la Covatilla hasta deja buen sabor de boca. Qué mal está la cosa, madre mía.


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