25 abril 2024

El Muro Amarillo

El Muro
La semana pasada se resolvieron las eliminatorias de los cuartos de final de la Champions League de la temporada 23/24 pasando de ronda el PSG, Borussia de Dortmund, Real Madrid y Bayern de Múnich. El Atlético de Madrid se emparejó con el Borussia de Dortmund, a priori, el equipo más asequible de los que quedaban en liza, lo mismo pensaría el Dortmund; pero el Atlético de Madrid de estas últimas temporadas dista bastante de aquél infranqueable y que era como un dolor de muelas. Un estilo de juego que se calificaba de antifútbol o de equipo pequeño que le llevó a ganar una Liga, una Copa, dos Europa League y llegar a dos finales de Champions frente a un equipo que, precisamente en estas últimas temporadas, está siendo infranqueable, un equipo grande que sabe defender.

Cargados de ilusión
El partido de ida de la eliminatoria en el Metropolitano tuvo un resultado de 2-1 que supo a poco puesto que el Atlético de Madrid podría haberla dejado sentenciada en unos primeros 60 minutos de gran fútbol, pero los males que le vienen acuciando durante esta temporada (baja forma, calidad de los jugadores, falta de ambición...) no le permitieron ampliar esa ventaja. Así que había que jugársela en el Westafalenstadion, uno de los estadios más míticos de Europa, doy fe. No podíamos faltar a la cita. La preparación del viaje no fue fácil: la alta demanda, el precio desorbitado del chárter, los descuentos posteriores, las listas negras, la descoordinación entre cluz y peñas, infracciones de la ley de protección de datos..., pero al final pudimos embarcarnos.

Piloto polaco

A las 8 de la mañana estábamos Alfred y yo embarcando en nuestro último chárter fletado por la Unión de Peñas, un avión de origen polaco con un tren de aterrizaje a prueba de pilotos polacos. 

Cámara onboard
A las 11 de la mañana el autobús que nos esperaba en el aeropuerto de Colonia salió camino de Dortmund. El viaje se demoró más de lo previsto debido a las obras que había en la autopista. 

El conquense
Durante el trayecto pudimos hablar con otros aficionados, peñistas y no peñistas. Uno de ellos había viajado mucho con el equipo, había estado en Londres en las semifinales de la Europa League en 2018 y era de Cuenca, sí, era él, al que Paco le había invitado a una cerveza en la previa. Decía que había ganado en todas las eliminatorias que había viajado, ya no.

Llegamos al Westafallenstadion y una vez que nos dieron nuestras últimas tarjetas de embarque para el chárter de vuelta nos dirigimos en metro hacía el centro donde nos esperaban los demás componentes de la expedición. En el metro nos encontramos a unos chavales que salían de clase y nos decían que iban a ganar, nosotros no nos lo creíamos. 

Peña atlética alemana
Schnitzel
Llegamos al restaurante Benediktiner que estaba muy cerca de la fan zone del Atleti. La peña atlética de Alemania había reservado en ese restaurante y allí quedamos nosotros para saborear los típicos platos germanos. 

Los expedicionarios
Allí nos esperaban Paco y Sergio que habían volado en el chárter del cluz, Fernando y Jorge que venían de Copenhague y Santi que había estado de visita turística por la maravillosa ciudad de Düsseldorf. Había mucho ambiente en el restaurante, se cantaba el himno del Atleti mientras los camareros servían jarras de litro de cerveza alemana. Degustamos unos codillos y unos schnitzel y de postre un par de apfelstrudel.

Cómo estaba la plaza
Hermanos cantando
Finalizada la comida nos dirigimos a la fan zone que estaba en la plaza central de Dortmund. Se oían los cánticos de los aficionados a medida que nos íbamos acercando. Nos colocamos en un lado de la plaza para contemplar el ambiente que había. 

Los otros lateros
Nuevos productos
Los hermanos se encontraban encaramados a la fuente de la plaza sin parar de cantar canciones de ánimo al cluz y otras. Unos iban a los bares a aprovisionarse de cervezas y otros iban al supermercado a comprar los nuevos productos que consisten en combinados de bebidas espirituosas y refresco en una misma lata. 
Con los hermanos
En Alemania también hay lateros, pero en vez de venderte la lata te la piden para reciclar. Me encontré entre los hermanos a José Luis y Pablo con sus lunares; Pepe, desafortunadamente no pudo venir.

Corteo
A las 17:30 la policía dortmundesa empezó a convocar a los hermanos para empezar el corteo, pero nadie acudía. Finalmente, los hermanos acudieron y a las 18h dio comienzo el corteo hacia el estadio. Un corteo que fue multitudinario, más de 3.000 hermanos camino del Westafalenstadion. 

Bengalas
La policía iba haciendo paradas, supongo que para reagrupar a los hermanos. Algunos de los hermanos encendían bengalas, quizá porque estaban prohibidas dentro del estadio. Durante el corteo los dortmundeses nos saludaban, nos hacían fotos y vídeos. 

Dortmundés saludando
Se asomaban a la ventana y saludaban y los hermanos les dedicaban cánticos. Los hermanos iban pasando por boxes hasta que llegamos a las inmediaciones del estadio. Santi y Alfred pararon para dar cuenta de unas bratwursts que casi les hacen perderse el inicio del partido y es que la entrada al estadio fue muy lenta, debido a la escasez de puertas para los aficionados visitantes y a los cacheos habituales. 

Llegando al estadio
Mítico

Los aficionados del Borussia nos seguían saludando, el ambiente era formidable, sin ningún tipo de altercado. Me encontré con Luismi y le presenté a Fernando y Jorge también se presentó. Cuando nos disponíamos a entrar llegó el autobús del equipo que se retrasó más de lo habitual. 

Entrada de visitantes
Tuvimos suerte y Paco, Sergio y yo conseguimos entrar relativamente pronto al estadio porque el colapso era considerable. No pudimos disfrutar de los aledaños del estadio porque si no no entraríamos a tiempo. Subimos a nuestros asientos y el estadio ya estaba bastante poblado, sobre todo el fondo sur, el Muro amarillo, IMPRESIONANTE, no se veía ni un hueco, ni rastro de las escaleras de acceso, solo se veían negro amarillo y las cabezas de los dortmundeses. Imponía, esa puesta en escena, la verticalidad de la grada, miles de dortmundeses cantando. La música ayudaba a crear esa atmósfera sobrecogedora. Cantaron la marcha triunfal de Aida y el You'll never walk alone.

Westafelstadion
Bengalas
Hermano
Paco y yo estábamos en una fila delante de Sergio, Alfred y Santi que llegaron al inicio del partido de milagro. Los que sí que estaban detrás eran Ivanchu y sus hermanos, que se habían animado a venir al desplazamiento, una grata sorpresa. Había hermanos arriba y abajo. Fernando y Jorge estuvieron con los hermanos de abajo que encendieron las bengalas que no pudieron encender en el corteo.


El Muro
Salieron los jugadores y empezó a sonar el himno de la Champions. El partido no empezó bien, Morata falló una ocasión solo delante del portero, incomprensible para ser el capitán de la selección española. Un jugador con una moral de cristal o como se quiera llamar. Una lástima. El Borussia empezó a atacar y sabía por dónde hacerlo, por el punto más débil del equipo rojiblanco, el flanco derecho donde "juega" el incomprensiblemente campeón del mundo Nahuel Molina. Y por allí llegaron los dos goles que pusieron al equipo germano por delante en el marcador. 

¿Qué estarían pensando?
No pintaba bien y Hermoso con tarjeta, además de Azpilicueta. A la vuelta del descanso el equipo salió más enchufado y pudo remontar el partido para igualar a 2 en el marcador, pero, como un reflejo de lo que ha sido toda la temporada, en un par de minutos la frágil defensa atlética encajó dos goles que noqueó al equipo sin capacidad de reacción. Un equipo sin físico y sin actitud. Una plantilla que se ha ido devaluando temporada tras temporada mientras Mr. Forbes sigue escalando posiciones. Una plantilla escasa de calidad con la que el Cholo hace lo que puede dentro de sus limitaciones porque quizá el 5-3-2 ya no sea el esquema que más se adapte a los jugadores actuales.

Terminó el partido y no tuvimos que esperar, como en otras ocasiones, a que la policía nos dejara salir. El ambiente era sano, los dortmundeses nos saludaban y nosotros les deseábamos suerte para la próxima ronda.

Nos dirigimos al autobús que nos llevaría de vuelta al aeropuerto de Colonia. A las 3 de la mañana conseguimos despegar para aterrizar en Barajas a las 6 de la mañana, estar media hora esperando a que llegaran las jardineras. Así que a las 7:15 de la mañana llegué a casa de mi último viaje en chárter.

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