30 noviembre 2023

Los Hermanos de Rotterdam

Esta semana se disputó la 5ª jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones 2023-2024, jornada que ha dejado al borde del abismo a equipos históricos, como el Manchester United, y no tan históricos, como el PSG.

La red de frutas
El Atlético de Madrid ha conseguido la clasificación para los octavos de final de la competición por 9ª vez en las 11 temporadas completas que el Cholo Simeone lleva dirigiendo el equipo en el partido 100 en la Champions League que enfrentó a su equipo contra los holandeses del Feyenoord de Rotterdam, el equipo más importante de la ciudad, el segundo es el Sparta. El partido se disputó en la "bañera", que es cómo se llama al estadio del equipo holandés, y donde la selección española de Luis de la Fuente levantó este año el trofeo de la Nations League. 

Swoosh invertido
La expedición para este partido fue exigua, con sólo tres componentes, que casi se queda en sólo dos gracias a la cancelación del vuelo de vuelta de Santi en Transavia. Santi volaba desde Gran Canaria y nosotros desde el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas en el primer vuelo de la mañana de Air Europa hacia Amsterdam. Llegamos en hora al aeropuerto que se encontraba muy concurrido, sobre todo de aficionados colchoneros y es que el viaje organizado por la Unión de Peñas también había optado por volar en el mismo vuelo que nosotros, a otro precio. Íbamos acompañados de nuestros hermanos. El vuelo se desarrolló sin ninguna incidencia y a la hora programada estábamos aterrizando en Schipol. Este aeropuerto tiene estación de tren por lo que allí mismo pudimos coger un tren directo a Rotterdam que en media hora nos dejaba en el centro de la ciudad.

Pequeño Manhattan

Canal neerlandés
Tuvimos la fortuna de tener un día muy soleado por lo que nos animamos a acercarnos andando al hotel en el que nos íbamos a alojar. La ciudad de Rotterdam es una ciudad renacida cual ave fénix y es conocida por su arquitectura contemporánea puesto que quedó arrasada después de la segunda guerra mundial. La verdad, es que los edificios diseñador por arquitectos como Norman Foster, Piet Bloom, Rem Koolhaas bien merecen una visita a esta ciudad portuaria, su comida, no.

Movilidad
Bajamos por el canal que discurre por el barrio de Blaak y cruzamos el puente Erasmus apodado el Cisne que ofrece grandes vistas al Wilhelminapier.

Wilhelminapier
En el paseo no nos cruzamos con muchos vecinos, el grupo más numeroso fue el de los turistas que se alojaban en un crucero. Llegamos al hotel que por fuera tenía la pinta de ser un 4 estrellas ochentero venido a menos, pero estábamos equivocados, el hotel acababa de ser reformado y sus instalaciones nos gustaron mucho, sobre todo a Paco. Hicimos el check in con una recepcionista bipolar y subimos a la habitación a dejar las cosas. 

Clásicas
Flanders classics
Antes de ir al centro a buscar literalmente algún sitio para comer, nos tomamos una cerveza en el bar del hotel. Pedimos una Júpiter y una Leffe. Dimos cuenta de ellas y cogimos el metro para acercarnos al centro. El billete de metro costaba 4.50€ con lo que compramos el billete de día que costaba 9.50€ que pensábamos que nos saldría más rentable. Nos bajamos en la estación del Ayuntamiento y ahí comenzó nuestra odisea para encontrar algún sitio decente para comer. Sonaron las campanas en Beurs.

Como tú
¿Qué es típico de comer en los Países Bajos? No sabemos, una chica por la calle tampoco lo sabía y nos dijo que quizá las hamburguesas y nos mandó al Burger King. Lógicamente, proseguimos nuestra búsqueda hasta que, después de unas cuantas tiendas de zapatillas, nos metimos en un local que ponían cervezas y sandwiches. Una dulce camarera residente en el barrio de Fejenoord que le gustaba Griezmann nos recomendó tomar el snack típico neerlandés, las bitterballen, parecidas a unas croquetas que estaban muy ricas. Las acompañamos de unas Aflligem, o ¿era al revés? 

De la isla
Después de despedirnos de As-u, retomamos la búsqueda de un restaurante en condiciones para aprovisionarnos de cara al partido. Finalmente encontramos un buen restaurante junto al mercado, el Loetje. 

Delicioso gofre
Allí pedimos unas hamburguesas, unas patatas fritas, que también son típicas y unas Texels de las isla neerlandesa de Texel. Y de postre un rico gofre, que, aunque es típico de la vecina Bélgica, estaba muy rico. 



Cubos rallantes

Pagamos y nos dirigimos a la zona donde se encontraban los hermanos colchoneros, el Old Rotterdam. Pasamos por el bosque de cubos de Blaak, unos cubos interconectados diseñados por Piet Blom que ahora es un museo.
Paco con sus hermanos
Tomamos un pequeño callejón y al llegar al muelle nos encontramos con los hermanos. Había tres locales de restauración, pero sólo uno dejaba sacar la bebida a la calle. Paco se pidió una cerveza. Los hermanos entonaban los clásicos cánticos, no siempre de apoyo al equipo.

 

Hermano
Mujer gitana

Santi, ¿dónde estás? Estaba ya en el bus del aeropuerto camino a nuestro encuentro. Paco se tomó otra cerveza. Había hermanos que cantaban mucho. Se cantaba a la mujer gitaba. Empezaba a chispear y, por fin, llegaba Santi. Nos pedimos tres Moretti para celebrarlo. Cada vez había más afluencia de público, era difícil moverse por el muelle. Se pegaban pegatinas. Los de seguridad no daban abasto. Hermanos de todos puntos de Europa, Belgica, Polonia, Alemania...
Pegatinas

Los navales
El club informa de la puesta a disposición de dos trenes exclusivos para los aficionados rojiblancos, uno para la ida y otro para la vuelta. Llega la hora de salida, Paco y Santi se van con los hermanos, bajo la lluvia, yo me quedo con los ingenieros navales exiliados, España, poco futuro y pocas condiciones. Llueve más. Uno tiene una rata en la casa, un clásico.



Estación y mercado

Me tengo que ir y me encamino a la estación de Blaak para coger un Sprinter (un cercanías) y al entrar me pasa lo mismo que en Madrid, los billetes no están integrados. Afortunadamente, hablo con un neerlandés que no se entera y consigo bajar a los andenes repletos de aficionados rojiblancos, en este caso, del Fejenoord. El surinamés se siente pequeño.

La bañera

Hermanos
Por fin llego al estadio, había que sellar el billete para salir, pero había tal pitote montado que las puertas están abiertas. Cuestión de dimensionamiento. Iba a dar una vuelta por los aledaños del estadio, pero vi que en la entrada de la afición visitante también había otro pitote. Sólo había tres tornos, por lo que me apresuré a meterme en el mogollón para poder llegar hasta mis hermanos. 

Hermano polaco
La música en el estadio era ensordecedora, por lo que se ve, en los 90 surgió un estilo techno en la región. Los equipos, que estaban calentando, se metieron en los vestuarios para terminar de vestirse y comenzó a sonar el himno de la Chaaaaaampions. La clásica pitada de los hermanos al himno y comienzan a cantar su himno. El partido se inició con ritmo, el Atleti consiguió desactivar la salida en tromba del Fejenoord y, con fortuna, a mitad de la primera parte se puso por delante del marcador gracias a un gol en propia meta de Geertruida que no es un personaje de Asterix, sino del equipo roterdamés. Nos vamos al descanso con ventaja y la sensación de tener el partido controlado. Griezmann además de guapo también es muy bueno.

Con la estrella de MxM
En el descanso aprovecho a visitar a un hermano venido de Bélgica y estrella de MxM y comienza el segundo tiempo. Hermoso mete un gol de churro (no estaba tirando) y parece que esa ventaja va a permitir una segunda parte plácida para el equipo rojiblanco, cuando en la salida de un corner lanzado por el Fejenoord, remató Wieffer, mientras Janandoni Oblakzarreta se tiraba a cámara lenta para ver cómo el balón se alojaba en las mallas. Pero esta vez, la suerte estaba del lado del equipo de la ribera del Manzanares y el delantero Santi Giménez metía otro gol en propia meta. Barrios pisa mal, nadie se da cuenta. Los aficionados empiezan a cantar olés. Los aficionados cantan Yo te amo. Los aficionados cantan Mujer gitana y vuelven a cantarla. Los aficionados siguen cantando. Los aficionados cantan Yo soy Atleti.

Con el pitido final, los jugadores se congratulan por conseguir la clasificación para la fase final de la Champions League 2023-2024 y se acercan a celebrarlo con los aficionados. Sólo queda asegurar la primera posición del grupo en la última jornada frente a la Lazio de Roma.

Ya es Navidad


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